lunes, 24 de julio de 2017

EL IMPACTO DE LA ALIMENTACIÓN EN NUESTRAS EMOCIONES Y TOMA DE DECISIONES



      Alimentarse bien y hacer deporte no es solo un tema de salud que por supuesto lo es, es muchísimo más de lo que nos pensamos.  Llevar una buena alimentación e integrar algo de deporte en nuestro día a día, son los dos pilares básicos para dirigirnos hacia un estado de bienestar, positividad y creatividad máximos en nuestra vida y sinceramente no creo que muchos sean conscientes de este estado de gracia.
La pereza es la gran enemiga no solo de descuidar nuestro cuerpo que es nuestro vehículo vital, también evita los cambios y cualquier reto que se nos presenta en nuestra vida porque esa pereza no es más que falta de actitud y baja consciencia sobre la importancia que tiene ese enfoque y filosofía de vida.
El impacto que tiene la comida en nuestra vida, no solo implica a nuestro sistema digestivo y sanguíneo, tiene también un impacto directo a nuestra inteligencia, nivel de aprendizaje, memoria y nuestras emociones. 
Cuando nos sentimos fatigados física y mentalmente, cuando nos cuesta memorizar y con menos capacidad de aprendizaje, cuando nos sentimos con un bajo estado de ánimo y faltos de positividad, solemos recurrir a los médicos, tomamos suplementos y acudimos a los psicólogos, psiquiatras y terapeutas. Eso puede ser una buena ayuda complementaria pero nunca puede ser una fórmula exclusiva sin nuestra propia actitud.
Verdaderamente la investigación reciente de todo esto, fundamentalmente en el Reino Unido, nos aporta datos científicos y exactos del gran impacto que tiene una buena alimentación en nuestra inteligencia, capacidad de aprendizaje, nuestra memoria y nuestro estado de ánimo, incluso el insomnio...prácticamente todas las facetas vitales de un ser humano. Esto tiene un porqué y voy a intentar explicarlo.
El cerebro humano tolera muy mal las subidas bruscas de glucosa en nuestro torrente sanguíneo y enseguida dispara de forma igual de brusca, la insulina para contrarrestarla y eso produce falta de concentración, pérdida de memoria e irretabilidad. El cerebro no necesita estas subidas y bajadas bruscas, necesita un nivel constante de glucosa en la sangre. Eso se consigue con hidratros de carbono lentos de IG bajo que vayan liberando sus azúcares de forma gradual a lo largo del día. Las proteínas que también debemos ingerir, cuando se añaden a los hidratos de carbono, mejoran esa sostenibilidad y liberarización gradual de los azúcares.


Todos los carbohidratos integrales, son muy superiores desde el punto de vista de vida mental, al resto de hidratos procesados y eso ocurre porque los carbohidratos integrales contienen más fibra queconsigue y favorece esa liberarización lenta de los azúcares ¿Eso quiere decir que debemos comer exclusivamente alimentos integrales y desechar los demás?...pues no, pero sí debemos dirigirnos hacia una base de azúcares alimenticios integrales, sin dogmatismos, ni obsesiones pero con conciencia de lo que comemos.
Las mejores fuentes de carburantes para el cerebro, son los carbohidratos complejos, todos aquellos que lo componen los vegetales y la frutas de bajo IG.

Con toda esta explicación, lo que quiero decir es que si queremos cuidar nuestro cerebro, nuestra inteligencia y capacidades de nuestro cerebro, hemos de ir cambiando la ingesta de los azúcares refinados por estos otros azúcares complejos y basar gran parte de nuestra alimentación en ellos.
Eso a veces cuesta porque asociamos el disfrute del paladar con la ingesta de esos azúcares nocivos y refinados, pero tenéis que imaginaros la recompensa que supone renunciar a ellos: aumentar nuestra capacidad de análisis, aumentar nuestra capacidad de negociación, aumentar la memoria, etc. Todo esto es de vital importancia para nuestra calidad de vida y sobretodo nuestra calidad de pensamientos y emociones y no debería plantearse solo como una opción, porque nos jugamos mucho más que una simple elección.
Uno de los mejores científicos que hay en el mundo, Jose María Ordovás, experto en nutrigenética y nutrigenómica, nos recuerda la poca consistencia científica que tiene la demonización de las grasas.
El cerebro se compone de un 60% de grasa y por tanto la grasa no puede ser tan mala como intentan hacernos creer ciertas fuentes de la medicina dietética ctual. Es cierto que hay grasas más saludables que otras pero todas son necesarias. La carencia de ciertas grasas, no solo afectan a nuestra inteligencia, si no a todo lo que refleja a nuestro estado de ánimo, lo que pensamos y lo que sentimos. Hay diferentes patologías que pueden tener una relación directa con una ingesta inadecuada de grasas.
  • ADD (trastorno de déficit de atención.
  • DEPRESIÓN
  • FATIGA
  • PROBLEMAS DE MEMORIA
  • DIFICULTADES DE APRENDIZAJE
Hay grasas saturadas y polinsaturadas, colesterol que las fabrica el propio cuerpo, pero hay otras grasas que no las fabrica nuestro cuerpo y si no las tomas a través de la ingesta externa de determinados alimentos o suplementos, nunca podrían llegar a metabolizarse en nuestro organismo, como son el caso de las grasas OMEGA 3 y OMEGA 6.

Se sabe que la Mielina es una sustancia blanca que envuelve a los axones de nuestras neuronas, y está compuesta por un 75% de grasa. La Mielina es como una especie de “cinta aislante” que sirve para que la “corriente” de orden electroquímica vaya dando “saltos” y sea mucho más rápida en sus conexiones entre neuronas.
La ciencia antes creía que el “cerebro “ de una celula estaba en el núcleo de la misma, pero hoy por hoy la ciencia ha demostrado y descubierto que el “cerebro” de la celula está en su mebrana y por tanto, en el caso de las neuronas pasa lo mismo. Esa membrana es por así decirlo, el centro de información de esas células y está formada por GRASA ¿y ese dato que nos revela? Nos revela que si nuestra ingesta de grasas es inadecuada, nuestro cerebro se verá afectado a nivel de neurotransmisión, la conductividad nerviosa se verá mermada y por tanto afectará a nuestra vida mental.

Esas grasas indispensables para que nuestro cerebro funcione bien a nivel neuronal, son los ÁCIDOS GRASOS ESENCIALES, o sea los te tenemos que tomarnos de forma externa porque el cuerpo no los fabrica.
La base de todo esto es el ÁCIDO ALFA LINOLÉNICO que lo componen el EPA y el DHA. No todos los suplementos contienen ambos pero los omega 3 sí que los llevan y es algo que debemos mirar bien porque nos hemos de asegurar que están integrados ambos en ese suplemento.
No obstante, no necesariamente tenemos que recurrir a suplementos, de hecho, podemos evitarlos ingiriendo una serie de alimentos bastante corrientes y fáciles de conseguir en cualquier mercado alimenticio: En los arenques, la caballa, el atún, el salmón del atlántico y las sardinas pero también en los huevos de gallina y en las nueces (omega 3), de hecho no deberíamos tomar menos de 3 huevos a la semana, ni menos de una ración de pescado a la semana, para lograr parte de esos ácidos grasos importantes. Está totalmente injustificada toda esa fama del colesterol de los huevos y por tanto no tiene sustento científico para descartarlos en cantidades generosas. De hecho yo recomendaría una ingesta de 2 huevos diarios sin ningún problema y así asegurarnos la obtención de omega 3, no obstante yo recomiendo que esos huevos de gallina sean de tipo camperos o ecológicos porque nos interesa que esas gallinas ponedoras, se hayan alimentado en parte o en su totalidad con granos y que no solo los hayan visto en un poster!
Otro dato importante que os voy a dar, es que esos huevos, mejor consumirlos crudos, cocidos o en tortilla poco hecha, porque si los freímos, nos cargamos gran parte de esos omega 3.

Por tanto y resumiendo, los OMEGA 3, los OMEGA 6 y los FOSFOLÍPIDOS, deberíamos darles la máxima atención. Hay varios suplementos que contienen los tres o se pueden consumir por separado.
La fosfatidil colina y la serina, son muy importantes para la memoria ya que el transmisor del hipocampo (es el centro logístico de nuestra memoria) utiliza la colina para ese fin. La fosfatidil colina es muy abundante en las sardinas, también las de lata son válidas para quien no les guste cocinarlas.

LOS AMINOÁCIDOS

Ramón y Cajal descubrió que las conexiones de las neuronas llamadas napsis, estaban separadas (sinápsis). Esa base de neurotransmisores son los aminoácidos. Si no ingerimos suficientes aminoácidos, podemos fallar en esa transmisión neuronal.

Esos aminoácidos son:
  • LA GLUTAMINA
  • TIROSINA
  • TAURINA
  • TRIPTÓFANO
  • FENILALANINA
Por ejemplo, el TRIPTÓFANO, es la base de la SEROTONINA que es la hormona que genera sensaciones de bienestar y felicidad pero también de una hormona que es la DOPAMINA que es un neurotransmisor que se pone en marcha cuando uno tiene ganas de hacer algo, es la que nos empuja a la acción a través también de la adrenalina.
Todas las enzimas que deriban de esos esos nutrientes inteligentes, las encontramos en los vegetales, frutos secos y frutas y por eso es tan importante su consumo e ingesta diaria, al igual que la vitamina B12 que las encontramos en los huevos, la carne y los pescados.

¿QUÉ GRASAS DEBEMOS EVITAR PARA NO DAÑAR NUESTRO CEREBRO?

Las grasas hidrogenadas son las que deberíamos evitar en su totalidad porque ocupan el lugar del DHA en el cerebro que impiden la formación de GLA, DHA y PROSTRAGLANDINAS.

¿QUÉ MÁS DEBEMOS EVITAR PARA NO DAÑAR NUESTRO CEREBRO?

Fuera del contexto alimenticio, debemos cuidar nuestro nivel de ESTRÉS con EJERCICIO FÍSICO, con buenas conversaciones, con humor y con algo de meditación, porque si no, se libera el CORTISOL que tiene la capacidad de dañar neuronas.

CUIDANDO LO QUE COMES, CUIDAS LO QUE PIENSAS, CUIDAS LO QUE SIENTES Y TAMBIÉN LO QUE ERES.

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