Cómo interpretar lo que dicen las etiquetas de los alimentos del supermercado
Estamos acostumbrados a comprar alimentos en el supermercado sin saber muy bien lo que compramos. Si queremos llevar una alimentación saludable, lo primero que tenemos que valorar, es la calidad de esos alimentos que compramos. No podemso basarnos solo en las calorías totales, hay mucho más que tener en cuenta y de hecho, las calorías son lo menos importante si pretendemos comer bien. Lo que aquí os expongo es una forma sencilla de poder aprender a identificar un buen producto de un mal producto en cuanto a su calidad nutricional se refiere.
Hay ligeras variaciones en función del país, pero en casi todos los casos las etiquetas incluyen la siguiente información.
Tamaño de la porción: Es un dato que define el fabricante, se da una ‘recomendación’ de lo que debería ser una ración del producto pero cuidado, es uno de las informaciones más manipuladoas por el fabricantes.
Valor energético (calorías): Solemos darle máxima importancia a ese valor y a veces solo miramos ese dato para comprarlo. Las calorías importan, pero no es el dato más importante. Hay que mirar más los nutrientes y menos las calorías. En vez de preguntar si algo engorda, pregunta si alimenta.
Grasas: La etiqueta indica el total de grasas incluidas en el producto pero no separa la información de las grasas saturadas y las grasas trans. Es decir, se mete en el mismo saco (como perjudiciales) a las grasas saturadas, que tu cuerpo necesita, y a las grasas trans, un invento dañino. Más importante que el contenido en grasa es el origen de la misma.
Colesterol: Otro elemento satanizado de forma errónea por la comunidad médica. Nuestro cuerpo produce colesterol porque lo necesita, no para auto-provocarse un ataque al corazón. Si consumes más en tu alimentación, tu cuerpo generará menos, y al revés. No hay relación entre el consumo de huevos por ejemplo y las enfermedades coronarias, todo lo contrario.
Carbohidratos: Es un dato importante, pero lo más importante es su composición. Es muy diferente el carbohidrato de un azúcar añadido que es un producto procesado, que el carbohidrato procedente de las verduras, las patatas o el arroz por ejemplo.
Azúcares: Es parte de los carbohidratos, y es sin duda uno de los elementos más importantes que debemos mirar con detenimiento.
Fibra: También incluido dentro de los carbohidratos. En principio cuanta más fibra tenga el producto mejor, pero de nuevo, no es lo mismo la fibra presente en los alimentos de manera natural que la añadida artificialmente para poder promocionar el producto como ‘alto en fibra’. Si ves palabras como polidextrosa, inulina o oligofructosa en los ingredientes, es fibra añadida. No quiere decir que esta fibra añadida sea mala, pero vigila que no la utilicen para enmascarar un pseudoalimento.
Sodio: Si bien no debes preocuparte mucho del sodio natural de los alimentos, el uso excesivo de sal por los fabricante, haciendo así los productos más estimulantes al paladar, sí es peligroso. Te aseguro que ni los chefs más amantes de la sal utilizan tanta cantidad en sus platos como la que encuentras en los productos procesados.
Ingredientes: A pesar de que suelen aparecer al final de la etiqueta, y casi nadie lo mira, ES LO MÁS IMPORTANTE. De hecho yo básicamente miro los ingredientes y la cantidad de azúcar, lo demás es mucho menos relevante. Por eso el resto del artículo se va a centrar en estos elementos
Aditivos químicos: Muchos de los alimentos procesados, se les introducen aditivos químicos con un montón de colorantes y efectos para conservar durante un tiempo prolongado, los sabores, texturas y condiciones de ese producto. Estos químicos, a pesar de que la OMS nos diga que están en valores permitidos y que son inofensivos para nuestro organismo, siendo estos aptos para su consumo, yo no lo creo así y si podemos evitarlos mucho mejor. Los químicos habituales, son los que llevan principalmente la nomenclatura E- como es el caso del colorante E-120 - E-100, etc
Cosas a tener en cuenta:
Sobre el contenido de sodio:
Se considera alto 1 gramo de sal o más por cada 100 gramos o 500 mg de sodio o más por cada 100 gramos.
Se considera bajo 0.25 gramos de sal o menos por cada 100 gramos o 100 mg de sodio o menos por cada 100 gramos.
Sobre el contenido de grasas totales:
Se considera alto 20 gramos o más por cada 100 gramos
Se considera moderado entre 5 y 20 gramos de grasa total por cada 100 gramos
Se considera bajo cuando tiene menos de 5 gramos por cada 100 gramos de alimento.
Sobre el contenido de azúcar:
Se considera alto 10 gramos o más de azúcar por cada 100 gramos
Se considera moderado entre 2 y 10 gramos de azúcar por cada 100 gramos
Se considera bajo menos de 2 gramos de azúcar por cada 100 gramos.
Guía práctica de aditivos alimentarios perjudiciales o nocivos
NOTA: Lista interactiva con los aditivos que se utilizan en la industria de la alimentación clasificados por su Número E y con indicadores tanto de su origen como de si son peligrosos, nocivos, etc. Incluye especialmente los cancerígenos, los bioperjudiciales y aquellos que entrañan un grave riesgo para la salud
Conocer estos datos nos ayudará a saber qué leer y cómo interpretar la información del etiquetado de los alimentos, de manera de favorecer la elaboración de platos más sanos que contribuyan a cuidar de nuestro organismo.
Si tenemos en cuenta un poco todo esto y antes de comprar un producto alimenticio, hacemos un poco de hincapié en ello, vamos a poder alimentarnos de forma saludable y consciente.
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