martes, 27 de enero de 2015

El Entrenador Deportivo....una figura no valorada?

     

     Los deportistas de competición, son personas con un don especial. No es un don genético...es un dón que se adquiere con el tiempo a base de sacrificio, esfuerzo y aprendizaje. Un buen deportista de competición es algo así como un buen empresario.... alguien que se reta constantemente y se reinventa para lograr llegar a objetivos ambiciosos.

Si yo fuera empresario no dudaría en contratar y apostar por deportistas de competición para lograr que mi empresa, estuviera confeccionada por verdaderos luchadores de la vida...porque ellos son ganadores siempre...en el éxito y en las vicisitudes y tropiezos, porque nunca se rinden, nunca ceden y siempre se levantan, están educados para eso. Quién mejor que ellos para hacer prosperar una empresa?

Si yo fuera director de marketing empresarial, tendría claro a quien le daría prioridad a la hora de contratar al personal para que representasen a mi empresa y aportaran ideas y caminos hacia el éxito de la misma...vosotros no?  quién mejor que un deportista de competición para aguantar las subidas y bajadas de un comercio o producto de marketing en plena crisis por ejemplo? quién puede estar mejor adaptado a las sensaciones se fustración, caidas y a la falta de consumo en nuestro mercado actual? 
Ya hay algunas empresas multinacionales que están contratando a personas con un perfil muy específico....universitarios y deportistas de competición y no es casualidad. 

Y quien enseña esas actitudes durante años, es "el entrenador". A veces los que trabajamos en el deporte de competición, no nos damos cuenta de la importancia que tienen nuestras enseñanzas que van más allá de la pileta o de los terrenos deportivos de diferentes características. Estamos ofreciendo una educación en valores, en el compromiso, la constancia y la eficacia de nuestras aptitudes, sean cuales sean.  Los entrenadores somos verdaderos creadores de personas preparadas para la vida. No somos simples depredadores de marcas y éxitos deportivos sin alma, ni corazón. En nuestros deportistas buscamos la excelencia, el camino hacia la mejor versión de ellos mismos. Les enseñamos a levantarse cuando caen y a saborear cada minuto de esfuerzo por el cual deben trabajar hacia su objetivo.  Quizás algún día, la figura del entrenador esté más valorada y se consiga que se le de la importancia que se merece, porque por desgracia, hoy por hoy no es así. Tengo a un buen número de amigos y compañeros de la profesión, que se encuentran sin trabajo o ninguneados por los propios clubs donde trabajan. A muchos se les echa o se les cesa sin motivos de peso. No digo que siempre sea así, pero en muchos casos sí lo es..

La figura del entrenador es la de un educador con firmeza de convicciones que a veces se tiene que abrir camino por los "túneles" de la ignorancia y la incomprensión en el deporte. Las prisas o la falta de visión profesional controlada por grupos de personas ajenas a nuestra profesión que no manejan información con criterio y que sus únicos argumentos es lo poco que creen aprender a través de la red.

A veces se nos ve como enemigos y no caemos en la cuenta que el entrenador es un aliado, fiel y honesto a su programa de trabajo y a los intereses de los deportistas. Claro que los hay mejores y peores, en todos los trabajos los hay,  pero todos intentamos dar lo mejor de nosotros mismos y nos merecemos el respeto y comprensión de todos. 

Muchas veces cuando hablo con alguno de mis nadadores y se quejan por algún entrenamiento, yo siempre les pregunto: Porqué has venido a entrenar hoy?...muchos me contestan que es la única manera de llegar a sus objetivos y yo les contesto siempre lo mismo "hay mil razones para entrenar mal o no hacerlo y solo una para hacerlo y hacerlo bien" y el que logra entender esa razón y aplicarla, es el que logra sus objetivos. Solo fracasa quien no lo intenta...el que no se mueve de su zona de comodidad relativa, quien no arriesga más allá de sus limitaciones, quien reconoce sus límites antes que estos lleguen de verdad.

El deporte de competición es para valientes y por eso, los que nos dedicamos a él profesionalmente, somos los preparadores de sus mentes y los conductores de sus sueños. No somos simples cronometradores convulsivos o subditos de ambiciones prematuras...no somos polis de guarderia, ni asalariados a merced de los caprichos del mejor postor. No somos guardianes de parvularios, ni estamos para recoger las zapatillas y toallas perdidas, no somos funcionarios de una instalación deportiva...no tenemos que hacer de todo, ni cubrir las horas del socorrista porque hay que cumplir con las 40 horas semanales. El ENTRENADOR es un entrenador de EMOCIONES y de VALORES y eso requiere una formación y un instinto educador muy perfilado. No se nos puede valorar solo por las horas trabajadas o por razones triviales, porque no habría sueldo para pagar todas las horas dedicadas a construir a una "persona para la vida" sin ser evidentemente, sus propios padres.

El valor de un entrenador va más allá de las horas en la pileta porque está 24 horas dedicado a su trabajo. Nos llevamos el trabajo a casa después de una jornada de entrenamientos y muchas veces nos acostamos a horas intempestivas para seguir desguazando una puesta apunto o un cliclo específico de entrenamientos que nos aporte la seguridad de un éxito colectivo.
Nos pasamos más horas que nadie trabajando porque nuestro trabajo no acaba en la instalación....vivimos y respiramos deporte.....vivimos y respiramos competición y eso no es contable. Eso nace desde la vocación más absoluta, nace del instinto ganador y del desafio constante.

El entrenador conoce al deportista casi como sus propios padres y el deportista crece con él durante años de formación donde han convivido y experimentado juntos los éxitos y fracasos....han muerto y vuelto a renacer deportivamente infinidad de veces....Cuando un deportista dice "no puedo" el entrenador está allí para decirle que "sí puede y que confía en él"..está  allí para acompañarlo en sus inseguridades y miedos hasta  las últimas consecuencias.
Hace falta una compenetración brutal para que ese mensaje llegue adecuadamente al deportista y se lo crea...hace falta una relación muy estrecha e intensa para que un mensaje así tenga un efecto positivo. hace falta una fe absoluta hacia la figura del entrenador y eso no se consigue solo con la confección de una planificación deportiva y horas materiales...eso se consigue a través de un sinfin de emociones compartidas durante años de relación entre deportista y entrenador.
No hablemos pues de horas en la pileta....hablemos de horas de dedicación y estas son desde que sale el sol hasta que se vuelve a poner y muchas veces, más allá del día y la noche.

El ENTRENADOR, no es una figura valorada en la sociedad de hoy porque en esta sociedad, se han perdido valores y los argumentos que envuelven a una dedicación tan vocacional como la del Entrenador que es al fin y al cabo, una profesión igual de vocacional como pueden ser la de un cirujano o la de un bombero y a quienes no se les exigen que se pasen operando 40 horas semanales, ni que apaguen incendios esas mismas horas. El entrenador va mucho más allá de sus horas de su contrato...el entrenador se despierta como tal y se acuesta de la misma forma..ese es el valor de su trabajo y no se le debe valorar solo en función de las  horas con el "cronómetro en mano".

Brindo este homenaje de mi blog, a tod@s los entrenadores del mundo ,....por la inmensa paciéncia y la infinita perseverancia a su trabajo y su vocación de ENTRENADORES DE VALORES Y EMOCIONES.

A todos ell@s un plas - plas - plas!








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